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Ismael Diadié Haïdara |
Versovia.com / 05·02·2015
El patriarca de la familia Kati, o Qutí, que significa 'el godo', es el guardián de la biblioteca de Tombuctú, un auténtico tesoro acopiado y custodiado por su familia durante generaciones. Es descendiente del último rey visigodo y de los monarcas del imperio Songhai y, además, ha continuado la secular tradición e inclinación de su familia por el conocimiento, la reflexión y, en suma, la sabiduría en su más amplia acepción.
Su amor por el conocimiento le ha granjeado la amistad de compañeros de viaje como Derrida, Jabés, Bonnefoy, Juan Goytisolo o Valente, máximo valedor y paladín de la Biblioteca de Tombuctú, que, justo antes de su muerte, le llamó para despedirse y hacerle dos encargos: que luchara por preservar los doce mil manuscritos que componen el legado de su familia y que, además, escribiera.
- ¿Qué es Zimma?
- Zimma es una palabra songhai que significa 'maestro de
ceremonias' o 'sacerdote' y es, además, el título de mi libro, que está constituido por 40 cuentos filosóficos
que entran dentro de una tradición literaria tan conocida en África como en Europa, en China y en todas partes. Esa tradición literaria equivale al ‘nomos’ griego,
sentencias y máximas de sabiduría, o a las ‘crías’ castellanas, que son relatos
útiles, un tipo de literatura sapiencial cuya finalidad siempre ha sido
didáctica, ofrecer una enseñanza por medio de un cuento. Zimma
es un libro que estaría incluido en ese género de literatura sapiencial.
- ¿Por qué publicar en Vaso roto, una editorial mexicana?
- Pues, sencillamente, porque Vaso roto ha venido a mí. Su directora me manifestó su
voluntad de publicarme y su honestidad y sinceridad me han conquistado y he
aceptado. Llevo años rechazando editores, pero la política editorial de Vaso
roto ha conseguido que no me pensara dos veces entregarle el manuscrito y no lo
lamento.
- ¿Cuál la situación ahora en Mali?
- La situación es, desgraciadamente, muy difícil. El pasado domingo, 1 de febrero,
mientras yo estaba en la mesa durante la presentación de Zimma en Toledo, me
llegó al teléfono un mensaje que decía que Francia estaba bombardeando una de
las ciudades al norte de Tombuctú; posiblemente sobre posiciones islamistas. La
situación allí es cualquier cosa menos sosegada. La razón de mi exilio sigue
persistiendo.
- Sin embargo no parece muy visible en Europa la actual situación de África.
- No pertenece a Europa dar a conocer África. Lo que sucede
en África pertenece a los africanos. Darse a conocer, pertenece a los
africanos. Cuando muere uno, lo mismo que hace Europa, es necesario que toda África se
levante y muestre lo que está pasando. Nadie vendrá a llorar sobre nosotros ni
a verter lágrimas sobre nuestra tierra. Eso es un deber nuestro. Los africanos
no podemos esperar que nadie venga a dar visibilidad a África. Los africanos no
somos niños. Somos tan responsables como los europeos. Hemos visto cómo toda Europa
se ha levantado con Charlie Hebdo. Al mismo tiempo, en África
murieron 2.000 personas a manos de terroristas ¿qué han hecho los africanos
para darlo a conocer y luchar contra esto? ¿se han levantado todos para decir ‘Yo
soy Nigeria’? Los africanos somos los culpables de lo que pasa mientras no
entendamos que somos responsables y decidamos levantar la voz
contra la injusticia. Somos los propios africanos quienes tenemos que levantar
la voz y sólo después el resto del mundo nos ha de seguir.
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